Jose Pedro Ramirez 2010

Jose Pedro Ramirez 2010
Sing a Song

Turf una pasión de vida.

El vivir el turf es uno de los más preciados valores que tiene nuestro fugaz paso por la vida. Vivirlo plenamente, habiendolo mamado desde el inicio mismo de nuestra vida, es sin ninguna duda, una de las cosas más pasionales por las cuales atravesamos aquellos que tuvimos la enorme suerte de encontrar y transitar esa oportunidad. El turf en todos sus aspectos, en toda su inmensidad de situaciones por las que nos lleva a transcurrir nuestra vida. Es algo que se hace imposible abandonarlo. Es un modo de vida, que nos hace sentirnos libres, en contacto con la naturaleza, desde la crianza del animal, hasta el momento de la competencia. Siempre libre. Siempre experimentado sensaciones renovadas, pero a su vez distintas. Siempre intentando ser comprensibles con actitudes con resultados, con procedimientos, no importa cual fuere el resultado de los mismos. Claro está que si el éxito nos acompaña en los mismos, será todo más placentero. Pero el éxito, por lo general, como en todos los avatares de la vida misma, es efímero, pero con que intensidad se vive en esta actividad. Es un constante devaneo entre el éxito y el fracaso, pero siempre, siempre incondicionalmente estará presente, la competición, la competencia, que en esta actividad representa y signifca presencia, orgullo sano de competir e ilusiones renovadas de triunfo. Con el paso de los años el aficionado, no me suena bien al oído, la palabra burrero, sigue viviendo en plenitud, por lo menos en continuar desde uu ángulo u otro esta actividad que resulta mística.







jueves, 25 de febrero de 2010

UN REVOLUCIONARIO


24-02-2010 Opinión
El espectáculo no debe seguir a cualquier precio

Pablo Falero dio una alerta que merece ser escuchada, el viernes pasado en San Isidro, el día que se cayó el cielo por segunda vez en una semana.

Foto: Carlos Lares/La Nación

Se publicó en canchallena.com : "No sé por qué las autoridades no suspenden las carreras cuando las condiciones son tan malas. Nunca se piensa en el factor humano; yo creo que las carreras en un día como hoy se tendrían que parar".

Ese viernes se cayó de la montura el aprendiz Néstor Lacorte y el jockey uruguayo dijo que nadie se dio cuenta porque "no se veía nada". Y agregó: "Creo que por precaución habría que haber parado". ¿Se habría parado si el desenlace de ese accidente hubiera sido más grave? Es probable. Pero, ¿hay que esperar una consecuencia terrible para eso? O peor: ¿bastará con una consecuencia terrible para que se detenga una actividad cuando triplica su alto riesgo de base?

En los Estados Unidos la nieve suele obligar a que se cancelen reuniones en el Este. Pero el cambio climático logró lo inaudito: llueve a mares en California, un día completo, varios días. Entonces Santa Anita tuvo que anular programas, algunos de ellos por el deficiente sistema de drenaje de su pista sintética, pero otros directamente por los temporales. Lo mismo pasó en Oaklawn Park, Arkansas, donde pronto se medirán Rachel Alexandra y Zenyatta. Aquí, en La Plata, los jockeys deliberaron alguna vez y obligaron a suspender una reunión que se volvió insegura, pero lo normal es que se corra con granizo, vientos imposibles y visibilidad cero.

La Gremial de Profesionales, que agrupa a jinetes y entrenadores de Palermo y San Isidro, no se expidió sobre el tema. Parece abonar la consigna "el espectáculo debe seguir". Eduardo Ferro, su secretario general, admitió que muchos de sus afiliados no estaban de acuerdo, por caso, con las carreras en Navidad y Año Nuevo. Pero debe levantar la voz para darlo a conocer a los hipódromos, como ahora lo hizo uno de sus afiliados. El más conspicuo.

El espectáculo no debe seguir a cualquier precio. Los hipódromos no deben pensar siempre en sus ganancias, a toda costa. Alguna vez, la ganancia tiene que ser menos material que una recaudación.

El viernes se cayó el cielo y sólo se cayó un jinete. ¿Hasta dónde caerá el sentido común?

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