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| El espectáculo no debe seguir a cualquier precio | ||||
Pablo Falero dio una alerta que merece ser escuchada, el viernes pasado en San Isidro, el día que se cayó el cielo por segunda vez en una semana. | ||||
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Se publicó en canchallena.com : "No sé por qué las autoridades no suspenden las carreras cuando las condiciones son tan malas. Nunca se piensa en el factor humano; yo creo que las carreras en un día como hoy se tendrían que parar". Ese viernes se cayó de la montura el aprendiz Néstor Lacorte y el jockey uruguayo dijo que nadie se dio cuenta porque "no se veía nada". Y agregó: "Creo que por precaución habría que haber parado". ¿Se habría parado si el desenlace de ese accidente hubiera sido más grave? Es probable. Pero, ¿hay que esperar una consecuencia terrible para eso? O peor: ¿bastará con una consecuencia terrible para que se detenga una actividad cuando triplica su alto riesgo de base? En los Estados Unidos la nieve suele obligar a que se cancelen reuniones en el Este. Pero el cambio climático logró lo inaudito: llueve a mares en California, un día completo, varios días. Entonces Santa Anita tuvo que anular programas, algunos de ellos por el deficiente sistema de drenaje de su pista sintética, pero otros directamente por los temporales. Lo mismo pasó en Oaklawn Park, Arkansas, donde pronto se medirán Rachel Alexandra y Zenyatta. Aquí, en La Plata, los jockeys deliberaron alguna vez y obligaron a suspender una reunión que se volvió insegura, pero lo normal es que se corra con granizo, vientos imposibles y visibilidad cero. La Gremial de Profesionales, que agrupa a jinetes y entrenadores de Palermo y San Isidro, no se expidió sobre el tema. Parece abonar la consigna "el espectáculo debe seguir". Eduardo Ferro, su secretario general, admitió que muchos de sus afiliados no estaban de acuerdo, por caso, con las carreras en Navidad y Año Nuevo. Pero debe levantar la voz para darlo a conocer a los hipódromos, como ahora lo hizo uno de sus afiliados. El más conspicuo. El espectáculo no debe seguir a cualquier precio. Los hipódromos no deben pensar siempre en sus ganancias, a toda costa. Alguna vez, la ganancia tiene que ser menos material que una recaudación. El viernes se cayó el cielo y sólo se cayó un jinete. ¿Hasta dónde caerá el sentido común? | ||||
jueves, 25 de febrero de 2010
UN REVOLUCIONARIO
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