Jose Pedro Ramirez 2010

Jose Pedro Ramirez 2010
Sing a Song

Turf una pasión de vida.

El vivir el turf es uno de los más preciados valores que tiene nuestro fugaz paso por la vida. Vivirlo plenamente, habiendolo mamado desde el inicio mismo de nuestra vida, es sin ninguna duda, una de las cosas más pasionales por las cuales atravesamos aquellos que tuvimos la enorme suerte de encontrar y transitar esa oportunidad. El turf en todos sus aspectos, en toda su inmensidad de situaciones por las que nos lleva a transcurrir nuestra vida. Es algo que se hace imposible abandonarlo. Es un modo de vida, que nos hace sentirnos libres, en contacto con la naturaleza, desde la crianza del animal, hasta el momento de la competencia. Siempre libre. Siempre experimentado sensaciones renovadas, pero a su vez distintas. Siempre intentando ser comprensibles con actitudes con resultados, con procedimientos, no importa cual fuere el resultado de los mismos. Claro está que si el éxito nos acompaña en los mismos, será todo más placentero. Pero el éxito, por lo general, como en todos los avatares de la vida misma, es efímero, pero con que intensidad se vive en esta actividad. Es un constante devaneo entre el éxito y el fracaso, pero siempre, siempre incondicionalmente estará presente, la competición, la competencia, que en esta actividad representa y signifca presencia, orgullo sano de competir e ilusiones renovadas de triunfo. Con el paso de los años el aficionado, no me suena bien al oído, la palabra burrero, sigue viviendo en plenitud, por lo menos en continuar desde uu ángulo u otro esta actividad que resulta mística.







jueves, 18 de marzo de 2010

EL SISMO EL HORROR LOS MIEDOS LAS DUDAS EL DEBER


La ilusión, el susto y el regreso
Marichal viajó a Chile por el Latino y vivió el sismo en carne propia
"Primero pensé que estaba soñando; después me desperté y no entendía nada. Se movía la cama y todo el cuarto. Parecía una escena de la película El Exorcista. Hasta se me ocurrió que podía ser un tren que pasaba, pero enseguida me di cuenta que no era eso. Después no pude dormir más, porque cada tanto venían réplicas más suaves", recuerda Hebert Marichal, a pocos días de haber vivido en carne propia el terremoto más potente que se ha registrado en toda la historia de Chile.
Hebert viajó hacia Santiago el viernes 26 de febrero. Para un día después estaba fijado el traslado de los tres representantes que iba a tener Maroñas en el Latino del domingo 7. Entre ellos estaba No Limits, el caballo que él peona.
"Fui con una ilusión bárbara, pero nunca imaginé que me fuera a pasar esto. Y eso que cuando estuve en España tuve compañeros chilenos que me decían que la tierra de ellos temblaba", acotó quien además de correr en Maroñas también lo hizo en Madr
"Después viví horas tristes y de mucha angustia, por todo lo que veía y porque estuve un par de días sin poder comunicarle a mi familia que no me había pasado nada. Eso sí, la gente del Hípico se portó notable conmigo", agregó. Su estadía en Chile se extendió por doce días. "Al final, me quería venir aunque fuera a nado", reconoce; pero al ser consultado sobre si estaría dispuesto a regresar para el Latino que se correrá el 17 de septiembre, Marichal no lo duda: "¿Por qué no? Claro que volvería".
Ovación digital

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