Una carrera vibrante; un final estupendo. Todo lo que podía pensarse que sucedería en el Clásico América (G2-1600 m) encontró su correlato en la soleada tarde del sábado en San Isidro. Ganó Rupit, por sólo el hocico, y ese dato es imborrable ya. El Chapita, su dignísimo escolta, defendió como un guerrero los boletos de la mayoría, aunque el empate hubiera sido lo más justo para enmarcar dos actuaciones de alto vuelo.Había mucha gente en el hipódromo del Jockey Club, quizás atraídos por la propuesta solidaria para con Chile que cubrió las tribunas con su manto de hermandad, más allá de que nadie supo específicar de qué forma se hará llegar al país vecino la ayuda de la hípica. Todos los presentes disfrutaron de un clásico estupendo. A los seis años, el hijo de Lucky Roberto y Avinca (Cipayo) se cobró revancha, basando su tarea en un corazón a prueba de balas y en el empeño del jockey brasileño Altair Domingos por no entregarse jamás. La diferencia entre el Bustillo y el América estuvo en la recta final. Aquella vez, El Chapita logró avanzar con libertad; ahora fueron ambos los que debieron penar por los palos algunos tropiezos.Y en ese juego de encontrar el espacio justo, el que salió perdiendo fue El Chapita. Más allá de que, vaya paradoja, fue el primero en lograr zafar de los palos. ¿Por qué? Simple. El Chapita es un caballo parejo, que necesita hacer diferencias temprano para capitalizarlas en los metros finales con su ritmo que nunca cesa.Rupit, en cambio, tiene un golpe de velocidad llamativo, que cuando lo encuentra a tiro es implacable. Así, al favorito, logrando escapar sólo cuando pudo y no cuando quiso, no le alcanzaron las diferencias que sacó para contener al vendaval Rupit, testarudo como pocos para buscar un triunfo que en algún momento pareció se le escurriría de las manos de nuevo.Incásico (Southern Halo), Trasnoitado (Espirro) y Lucky Show (Lucky Roberto) fueron los encargados de mover el desarrollo, pasando los 400 metros iniciales en 23s78/100 y los 800 tras 47s1/100. Al mismo tiempo, Jorge Ricardo mantenía a El Chapita cuarto por dentro y Altair Domingos corría con Rupit a las patas de su compatriota.Ya en la recta, Incásico fue el que más lejos llegó de los líderes, sin abandonar su posición interior y comprometiendo a El Chapita y Rupit, que venían ajustados. Salió primero Ricardo, que a los pechazos se abrió paso, mientras que Domingos y Rupit debían sortear primero el escollo de Incásico, y luego ir más afuera para esquivar al favorito.El Chapita dominó y sacó un cuerpo y medio, pero cuando encontró espacio, Rupit arrancó exigido por Domingos para tapar en el mismo disco y estampando un tiempo de 1m35s2/100 sobre una pista no apta para grandes marcas. Como siempre, la categoría de los milleros resulta una de las más atractivas y lo ocurrido en el Clásico América es otra muestra. Pronto volverá a las pistas Maruco Plus (Alpha Plus), número uno en la grama, para agregarle con su tremenda potencia aún más espectacularidad. Rupit y El Chapita lo están esperando con los brazos abiertos y todas las ganas de destronarlo.
martes, 16 de marzo de 2010
RUPIT GANO CON LO JUSTO. ALTAIR DOMINGOS BRILLANTE
Una carrera vibrante; un final estupendo. Todo lo que podía pensarse que sucedería en el Clásico América (G2-1600 m) encontró su correlato en la soleada tarde del sábado en San Isidro. Ganó Rupit, por sólo el hocico, y ese dato es imborrable ya. El Chapita, su dignísimo escolta, defendió como un guerrero los boletos de la mayoría, aunque el empate hubiera sido lo más justo para enmarcar dos actuaciones de alto vuelo.Había mucha gente en el hipódromo del Jockey Club, quizás atraídos por la propuesta solidaria para con Chile que cubrió las tribunas con su manto de hermandad, más allá de que nadie supo específicar de qué forma se hará llegar al país vecino la ayuda de la hípica. Todos los presentes disfrutaron de un clásico estupendo. A los seis años, el hijo de Lucky Roberto y Avinca (Cipayo) se cobró revancha, basando su tarea en un corazón a prueba de balas y en el empeño del jockey brasileño Altair Domingos por no entregarse jamás. La diferencia entre el Bustillo y el América estuvo en la recta final. Aquella vez, El Chapita logró avanzar con libertad; ahora fueron ambos los que debieron penar por los palos algunos tropiezos.Y en ese juego de encontrar el espacio justo, el que salió perdiendo fue El Chapita. Más allá de que, vaya paradoja, fue el primero en lograr zafar de los palos. ¿Por qué? Simple. El Chapita es un caballo parejo, que necesita hacer diferencias temprano para capitalizarlas en los metros finales con su ritmo que nunca cesa.Rupit, en cambio, tiene un golpe de velocidad llamativo, que cuando lo encuentra a tiro es implacable. Así, al favorito, logrando escapar sólo cuando pudo y no cuando quiso, no le alcanzaron las diferencias que sacó para contener al vendaval Rupit, testarudo como pocos para buscar un triunfo que en algún momento pareció se le escurriría de las manos de nuevo.Incásico (Southern Halo), Trasnoitado (Espirro) y Lucky Show (Lucky Roberto) fueron los encargados de mover el desarrollo, pasando los 400 metros iniciales en 23s78/100 y los 800 tras 47s1/100. Al mismo tiempo, Jorge Ricardo mantenía a El Chapita cuarto por dentro y Altair Domingos corría con Rupit a las patas de su compatriota.Ya en la recta, Incásico fue el que más lejos llegó de los líderes, sin abandonar su posición interior y comprometiendo a El Chapita y Rupit, que venían ajustados. Salió primero Ricardo, que a los pechazos se abrió paso, mientras que Domingos y Rupit debían sortear primero el escollo de Incásico, y luego ir más afuera para esquivar al favorito.El Chapita dominó y sacó un cuerpo y medio, pero cuando encontró espacio, Rupit arrancó exigido por Domingos para tapar en el mismo disco y estampando un tiempo de 1m35s2/100 sobre una pista no apta para grandes marcas. Como siempre, la categoría de los milleros resulta una de las más atractivas y lo ocurrido en el Clásico América es otra muestra. Pronto volverá a las pistas Maruco Plus (Alpha Plus), número uno en la grama, para agregarle con su tremenda potencia aún más espectacularidad. Rupit y El Chapita lo están esperando con los brazos abiertos y todas las ganas de destronarlo.
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