
Pasar de las carreras de codo a las de recta no suele ser un cambio sencillo. Son diferentes los ritmos y lo más común es que aquellos caballos que lo ensayan demoren un par de actuaciones en ponerse a tono.
Basta citar un caso bastante reciente y testigo como el de Pryka (Southern Halo), a la que Qué Felicidad recibió con un mazazo en el Clásico Olavarría (G3) de 2008. Luego, está claro, la yegua de Vacación fue prácticamente invencible en el tiro.
Bien vale el recuerdo para darle un enorme valor a la victoria conseguida ayer por Claro Oscuro (Mutakddim) en el Handicap Phoenix (1000 m, césped), donde el hijo de Mutakddim pasó del codo a la recta de forma convincente.
Asombró, incluso, verlo sacar clarísimas ventajas en el inicio, las mismas que le demandarían a El Noi (Anjiz), su principal adversario, un esfuerzo temprano para no perderlo de vista y que, de paso, lo obligó a abandonar su táctica más común: correr de atropellada.
Claro Oscuro y el ganador del último Sprint (G1) de las Estrellas se movieron muy cerca uno del otro durante la mayor parte del recorrido, pero de los 150 metros al disco, fue el conducido por Pablo Falero el que se acomodó mejor.
En la sentencia, Claro Oscuro terminó un cuerpo delante de su rival, mientras en larga carga el platense Establecido (Halo Sunshine) se acercaba bastante para ser tercero a medio pescuezo del escolta. Todo en 55s37/100.
Mérito grande para Orosmán Toscano, preparador del caballo nacido en el Haras Vacación, no sólo por decidir el cambio, sino por el trabajo realizado.
Claro Oscuro tiene todo para crecer entre los velocistas, una categoría que actualmente está bastante huérfana de figuras de relieve superior.
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