Jose Pedro Ramirez 2010

Jose Pedro Ramirez 2010
Sing a Song

Turf una pasión de vida.

El vivir el turf es uno de los más preciados valores que tiene nuestro fugaz paso por la vida. Vivirlo plenamente, habiendolo mamado desde el inicio mismo de nuestra vida, es sin ninguna duda, una de las cosas más pasionales por las cuales atravesamos aquellos que tuvimos la enorme suerte de encontrar y transitar esa oportunidad. El turf en todos sus aspectos, en toda su inmensidad de situaciones por las que nos lleva a transcurrir nuestra vida. Es algo que se hace imposible abandonarlo. Es un modo de vida, que nos hace sentirnos libres, en contacto con la naturaleza, desde la crianza del animal, hasta el momento de la competencia. Siempre libre. Siempre experimentado sensaciones renovadas, pero a su vez distintas. Siempre intentando ser comprensibles con actitudes con resultados, con procedimientos, no importa cual fuere el resultado de los mismos. Claro está que si el éxito nos acompaña en los mismos, será todo más placentero. Pero el éxito, por lo general, como en todos los avatares de la vida misma, es efímero, pero con que intensidad se vive en esta actividad. Es un constante devaneo entre el éxito y el fracaso, pero siempre, siempre incondicionalmente estará presente, la competición, la competencia, que en esta actividad representa y signifca presencia, orgullo sano de competir e ilusiones renovadas de triunfo. Con el paso de los años el aficionado, no me suena bien al oído, la palabra burrero, sigue viviendo en plenitud, por lo menos en continuar desde uu ángulo u otro esta actividad que resulta mística.







lunes, 17 de mayo de 2010


Pasar de las carreras de codo a las de recta no suele ser un cambio sencillo. Son diferentes los ritmos y lo más común es que aquellos caballos que lo ensayan demoren un par de actuaciones en ponerse a tono.
Basta citar un caso bastante reciente y testigo como el de Pryka (Southern Halo), a la que Qué Felicidad recibió con un mazazo en el Clásico Olavarría (G3) de 2008. Luego, está claro, la yegua de Vacación fue prácticamente invencible en el tiro.
Bien vale el recuerdo para darle un enorme valor a la victoria conseguida ayer por Claro Oscuro (Mutakddim) en el Handicap Phoenix (1000 m, césped), donde el hijo de Mutakddim pasó del codo a la recta de forma convincente.
Asombró, incluso, verlo sacar clarísimas ventajas en el inicio, las mismas que le demandarían a El Noi (Anjiz), su principal adversario, un esfuerzo temprano para no perderlo de vista y que, de paso, lo obligó a abandonar su táctica más común: correr de atropellada.
Claro Oscuro y el ganador del último Sprint (G1) de las Estrellas se movieron muy cerca uno del otro durante la mayor parte del recorrido, pero de los 150 metros al disco, fue el conducido por Pablo Falero el que se acomodó mejor.
En la sentencia, Claro Oscuro terminó un cuerpo delante de su rival, mientras en larga carga el platense Establecido (Halo Sunshine) se acercaba bastante para ser tercero a medio pescuezo del escolta. Todo en 55s37/100.
Mérito grande para Orosmán Toscano, preparador del caballo nacido en el Haras Vacación, no sólo por decidir el cambio, sino por el trabajo realizado.
Claro Oscuro tiene todo para crecer entre los velocistas, una categoría que actualmente está bastante huérfana de figuras de relieve superior.

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