Jose Pedro Ramirez 2010

Jose Pedro Ramirez 2010
Sing a Song

Turf una pasión de vida.

El vivir el turf es uno de los más preciados valores que tiene nuestro fugaz paso por la vida. Vivirlo plenamente, habiendolo mamado desde el inicio mismo de nuestra vida, es sin ninguna duda, una de las cosas más pasionales por las cuales atravesamos aquellos que tuvimos la enorme suerte de encontrar y transitar esa oportunidad. El turf en todos sus aspectos, en toda su inmensidad de situaciones por las que nos lleva a transcurrir nuestra vida. Es algo que se hace imposible abandonarlo. Es un modo de vida, que nos hace sentirnos libres, en contacto con la naturaleza, desde la crianza del animal, hasta el momento de la competencia. Siempre libre. Siempre experimentado sensaciones renovadas, pero a su vez distintas. Siempre intentando ser comprensibles con actitudes con resultados, con procedimientos, no importa cual fuere el resultado de los mismos. Claro está que si el éxito nos acompaña en los mismos, será todo más placentero. Pero el éxito, por lo general, como en todos los avatares de la vida misma, es efímero, pero con que intensidad se vive en esta actividad. Es un constante devaneo entre el éxito y el fracaso, pero siempre, siempre incondicionalmente estará presente, la competición, la competencia, que en esta actividad representa y signifca presencia, orgullo sano de competir e ilusiones renovadas de triunfo. Con el paso de los años el aficionado, no me suena bien al oído, la palabra burrero, sigue viviendo en plenitud, por lo menos en continuar desde uu ángulo u otro esta actividad que resulta mística.







viernes, 12 de marzo de 2010

CAFRUNE, YALET, O LOS MASTELLONE? LAS AUTORIDADES DEBEN ACLARARLO


Las desventajas y las desventuras que pagan los hipódromos del Interior. Quizás la falta de representatividad, las distancias a veces resultan extensas en demasía, la poca previsión de quienes anotan elementos de primer orden y olvidan que el solo hecho de hacerlo, los convierten protagonistas, se aunan y perjudican a la postre las expectativas creadas en su torno. No es nuestra intención opinar luego de visto el resultado de los hechos, pero sugerimos que ante un clásico de la magnitud económica del Vicente Dupuy, sería bueno que los organizadores tomaran los recuados posibles para que no ocurran estas anomalías. Sabemos que es muy difícil poder controlar las decisiones de quienes tienen a cargo la anotación de un ejemplar con tanta antelación. Pero entendemos que la ratificación debe estar acompañada de una cifra que haga pensar y repensar a quienes la hacen, para que en el caso que decidan no concurrir, se sienta en las arcas de los responsables. Sabemos de memoria, que los certificados veterinarios están a la orden del día, y resultan justificativos válidos a la hora de la ausencia. Precisamente AHI SE DEBE APUNTAR, y en caso de probarse lo contrario caer con todo el peso de la ley, a quienes resultan responsables. Por otro lado si no fuese así y las autoridades competentes no toman cartas en el asunto, bien puede sospecharse que también se convierten ellos en cómplices de una anotación que prestigia la prueba, pero deja muy mal parados a quienes dirigen un hipódromo que intenta ganarse un lugar, bien ganado en la hípica nacional. Lo real, lo concreto es que la figura máxima de la prueba, no estará presente en las gateras. Eso se debió pensar con antelación, el sábado anterio había impuesto condiciones en el Premio Clásico Otoño, y horas antes de ello, había ratificado su presnecia en La Punta. Que precisamente no queda ahi a la vuelta. Está a unos 800 kilómetros de distancia. No se tuvo en cuenta como iba a quedar el protagonista? Creo que es una irresponsabilidad manifiesta. La palabra la tienen los directivos del Hipódromo de La Punta. Serán ellos quienes tienen en defensa de su público, informar al respecto con hecho concretos, cuales fueron las razones de esa ausencia.

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