Jose Pedro Ramirez 2010

Jose Pedro Ramirez 2010
Sing a Song

Turf una pasión de vida.

El vivir el turf es uno de los más preciados valores que tiene nuestro fugaz paso por la vida. Vivirlo plenamente, habiendolo mamado desde el inicio mismo de nuestra vida, es sin ninguna duda, una de las cosas más pasionales por las cuales atravesamos aquellos que tuvimos la enorme suerte de encontrar y transitar esa oportunidad. El turf en todos sus aspectos, en toda su inmensidad de situaciones por las que nos lleva a transcurrir nuestra vida. Es algo que se hace imposible abandonarlo. Es un modo de vida, que nos hace sentirnos libres, en contacto con la naturaleza, desde la crianza del animal, hasta el momento de la competencia. Siempre libre. Siempre experimentado sensaciones renovadas, pero a su vez distintas. Siempre intentando ser comprensibles con actitudes con resultados, con procedimientos, no importa cual fuere el resultado de los mismos. Claro está que si el éxito nos acompaña en los mismos, será todo más placentero. Pero el éxito, por lo general, como en todos los avatares de la vida misma, es efímero, pero con que intensidad se vive en esta actividad. Es un constante devaneo entre el éxito y el fracaso, pero siempre, siempre incondicionalmente estará presente, la competición, la competencia, que en esta actividad representa y signifca presencia, orgullo sano de competir e ilusiones renovadas de triunfo. Con el paso de los años el aficionado, no me suena bien al oído, la palabra burrero, sigue viviendo en plenitud, por lo menos en continuar desde uu ángulo u otro esta actividad que resulta mística.







martes, 2 de marzo de 2010

ENTRE EL VUELO DE LA GRACIL PALOMA Y EL ANDAR NO MENOS ARMONIOSO DE UN PUR SANG

TURF

No es ningún "paloma" entrenando

La colombofilia es la cría y el adiestramiento de las palomas mensajeras y ha ocupado un lugar importante en la vida del entrenador de Yucatán Di Job.

"Es una pasión que heredé de mi padre, que era un fanático de esto. Incluso viajaba a Europa e importaba reproductores de allá. Salió como 20 años campeón. Cuando él murió, yo seguí compitiendo; no con el mismo éxito que él, obviamente", contó Sáenz. "Digamos que pasé de cuidar palomas a entrenar caballos", bromea. "Pero aún conservo mi palomar", aclara de inmediato.

"Acá se hace por hobby, pero en Bélgica y Japón, por ejemplo, hay carreras por un millón de dólares. Allá es un deporte profesional, hay gente que vive de criar y entrenar palomas", agregó el novel trainer.

Como otros jóvenes compositores de Pura Sangre de la actualidad, Sáenz es un producto del nuevo Maroñas. "Cuando reabrió el hipódromo, empecé a cuidar una yegua de mi primo, Festa Junina y a otra de nombre Change Luck, con la que no pude ganar. Mi intención era dedicarme a caballos míos y de amigos cercanos, pero ahora tengo 24 a mi cargo. Todo lo que sé, se lo debo a Miguel Pérez, Aníbal Cardozo y "Pico" Oribe", concluyó.

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