Le decían “El Negro”, como al padre. Hijo de Don Lucio Taborda, un Señor Cuidador de la vieja época, Jorge Lucio, o “El Tarta”, paraba en los 400 y desde los 10 años ya trabajaba con su papá en el stud y casa donde había nacido. Dejó cuarto grado, y su madre, la brava Tota, titular de las sedas “Mi Negro Lindo” (por Don Lucio), lo corría con una varilla por el techo y le propinaba otros castigos por la única pillería que había hecho… en comparación con las de su hermano menor, Abel, quien también descollaría en la cuida por todo América. Jorge trabajó 60 años con los caballos. En la década del ‘60 su padre lo mandó a Rosario a vender unos SPC, y más tarde y muy joven, ya casado con Amanda D’Aquila –su amor de toda la vida y pareja ejemplar-, nacidas sus hijas Nora y Jorgelina, se fue prohijado por Don Ángel Penna a los Estados Unidos. Don Ángel, que había nacido en las Diagonales, mantenía sumo respeto y amistad con Don Lucio, que fue un compositor formidable y ganó en Palermo la Polla de Potrillos del ‘66 con Ukase, a 40 pesos y con Pablo Tárrago en la montura. Jorge se dedicó a vender caballos y a aprender de la cuida americana, en los circuitos de Gulfstream Park, Hialeah, entre otros de Miami. A los 40 años, Jorge ya había ganado más de 200 carreras, cuando se muere su padre, Don Lucio, y pasa a hacerse cargo de toda la caballada familiar y de las numerosas caballerizas –muy prestigiosas- que colmaban los tres studes de Lucio, entre ellos muchos ejemplares de su madre Doña Tota. En ese año 1982, Jorge también atendía en un stud de Palermo a 30 caballos de las recordadas sedas Fredysilvi, con las que ganó 22 carreras sólo en los máximos, presentados por otro entrenador. Soy Daniel (Atronador y Soylaotra), Hard Up (Hard Fighter y Alamosa) y Bombón Escocés fueron sus ejemplares más recordados, con los que triunfó en Grupos I y II. Jorge fue al igual que su padre un gran trabajador. Un compositor de stud a quien le gustaba ganar reprisando y debutando, que gastaba muchas horas revisando y curando. Ganó más de 500 carreras. Siempre puso sus números, y siempre cuidó –hasta el final- en el stud familiar de calle 117 Nº 168. Donde había nacido. Le quiso enseñar a su nieto Lucio (hijo del también trainer Gustavo Giura), pero a éste no le gustaban demasiado los caballos. Como que en ese entonces no sintió esa vena especial que corre por la sangre de los que aman la profesión, como su abuelo y su bisabuelo; recién ahora está queriendo aprender el oficio, y recientemente se lo vio triunfante con High Prize, presentado por el “Cabezón” Carrió. El Tartamudo compartió mil asados y amistad con Derli Antonio Gómez, y la familia de él y la de Antoñito. Ganó en cantidad con Juan Maciel, en su opinión el mejor jockey, pero también fue pionero y muy criticado por esto, porque su monta oficial durante mucho tiempo fue una jocketta, María Cristina Rodríguez. Allí muchos patrones de Don Lucio le dieron la espalda, pero él la mantuvo en la conducción a esa buena amazona. También formó exitosas duplas con Oscar Frávega, con Candelario Cáceres, “Cachulo” Prieto y otros, triunfando en todos los hipódromos. Con Hard Up ganó el Clásico Cyllene, y el Internacional de la recta con la “Fiera” Maciel; aquel recordado sprinter de la caballeriza Las Estacas, nacido en el Haras El Malacate (cabaña que remató y se fue de la cría hace años), había salido airoso antes con “Candela”, y en dos ocasiones con María Cristina. El pingo de Bombón Escocés (Hard Fighter y La Escocesa) sumó 12 halagos, y fue muy comentada una ocasión en la que imposibilitado de dirigirlo Maciel, se lo habría “parado” el “Bocha” Cañedo en un cotejo grande de acá del Bosque. Soy Daniel entró 4º de Fort de France en el “Chevalier”, y supo lucirse en 2000 y 2200 metros, imponiéndose con Jorge Valdivieso y con su ex yerno Antonio Fabián Rivero. Su último pensionista de renombre fue Indiscreto (Santoss e Indispensable) de la ecurie Aguarenas (Juan José No), y para el Cumeneyén una hija de Algenib, Lorena Va, hoy madre de una titular de tres como La Vitrola (justamente se impuso el pasado martes, en una especie de despedida) y de Lethal Dose; con Lorena Va se anotó varias victorias, ya en sus últimos días de entrenador, y cuando ya se estaba despidiendo de la cuida por razones de salud. Tuvo palabra, corazón y amistad para los amigos, y siempre fue un tipo familiero, con su mesa abierta para ayudar, y para el buen humor. El miércoles 24 de febrero se nos fue un pedazo de la historia de La Plata, de la profesión. Lo recordaremos siempre al “Negro” Taborda, un gran tipo y eximio compositor. |
Despues de tanta lucha y en entrega llego el dia de emprender la retirada, dichoso de aquel que este contando con su presencia en este momento.
ResponderEliminarFue un ejemplo en mi vida, y el mejor abuelo que podria haber tenido. Porque se que si siguio firme hasta el ultimo dia fue por nosotros y todos los que lo queremos tanto.
Nunca se rindio y eso es meritorio.
Mezcla de sentimientos ahondan nuestros corazones. Tristeza por su ausencia pero con paz interior. No merecia sufrir y hubiera sido egoista pretender que siga asi. Dio todo y mas aun. Se fue de pie y con la frente bien alta, con DIGNIDAD por su entrega.
Con orgullo lo despedimos, fue una persona increible, un verdadero guerrero de la vida, a pesar de todo lo que se le fue presentando siguio luchando y lo mas lindo es que gano esta pelea porque hoy podemos decir que conocimos a un ser maravilloso que nos dejo su huella y su recuerdo, y eso siempre va a estar presente en nuestros corazones. Gracias por tu ejemplo abuelo!
Belen