Jose Pedro Ramirez 2010

Jose Pedro Ramirez 2010
Sing a Song

Turf una pasión de vida.

El vivir el turf es uno de los más preciados valores que tiene nuestro fugaz paso por la vida. Vivirlo plenamente, habiendolo mamado desde el inicio mismo de nuestra vida, es sin ninguna duda, una de las cosas más pasionales por las cuales atravesamos aquellos que tuvimos la enorme suerte de encontrar y transitar esa oportunidad. El turf en todos sus aspectos, en toda su inmensidad de situaciones por las que nos lleva a transcurrir nuestra vida. Es algo que se hace imposible abandonarlo. Es un modo de vida, que nos hace sentirnos libres, en contacto con la naturaleza, desde la crianza del animal, hasta el momento de la competencia. Siempre libre. Siempre experimentado sensaciones renovadas, pero a su vez distintas. Siempre intentando ser comprensibles con actitudes con resultados, con procedimientos, no importa cual fuere el resultado de los mismos. Claro está que si el éxito nos acompaña en los mismos, será todo más placentero. Pero el éxito, por lo general, como en todos los avatares de la vida misma, es efímero, pero con que intensidad se vive en esta actividad. Es un constante devaneo entre el éxito y el fracaso, pero siempre, siempre incondicionalmente estará presente, la competición, la competencia, que en esta actividad representa y signifca presencia, orgullo sano de competir e ilusiones renovadas de triunfo. Con el paso de los años el aficionado, no me suena bien al oído, la palabra burrero, sigue viviendo en plenitud, por lo menos en continuar desde uu ángulo u otro esta actividad que resulta mística.







domingo, 3 de enero de 2010

MAROÑAS EN SUS INICIOS

ORIGENES DE LAS CARRERAS EN MONTEVIDEO

Los circos hípicos surgieron en Montevideo por iniciativa de miembros de la colonia inglesa de nuestro país. La primera noticia dada en la prensa Montevideana sobre el deporte del Turf, habría sido la aparecida el viernes 8 de diciembre de 1854 en el "Comercio del Plata". Dicho suelto decía: "El asunto de importar entre nosotros las "Carreras Inglesas" parece que esta vez cobra mejor aspecto y aún puede creerse que tendrá éxito, antes de muchos días. Hemos oído decir que antes de ayer había unos 60 suscriptores que se cotizaban cada uno con media onza, y nos agregaron que todo hacía creer que muy pronto el número de aquellos será bastante para reunir el fondo que se necesita para establecer definitivamente en Montevideo las "Carreras Inglesas". Tenemos entendido que a la sazón se busca el terreno donde ha de hacerse el Circo, y que hay probabilidades de obtener un local a propósito si bien hemos oído indicar uno; que está algo distante de la ciudad".
Con fecha jueves 14 de diciembre de 1854 y siempre en el "Comercio del Plata", aparecía el primer aviso de Turf publicado en Montevideo. Se titulaba Foreing Amateur Racing Society - Summer Meeting - Monday, January 8th, 1855, y seguía el texto con todos los detalles de premios y distancias de las carreras, todo redactado en inglés. Durante los diez días siguientes, el mismo aviso apareció en castellano hasta el mismo día 8 de enero de 1855, inclusive.
Por cierto que las carreras extranjeras, a la inglesa, se inauguraron en el paraje denominado "Azotea de Lima", en Piedras Blancas, como daba cuenta La Nación en su ejemplar del 8 y 9 de enero de 1855, expresando: "Llegó por fin el día deseado para esta diversión nueva entre nosotros y que había sido anunciada de ante mano. Su novedad ha sido siempre, la que causa todo lo que es nuevo. Días hacía que de la campaña empezaron a venir algunas gentes para ver las carreras inglesas, lo mismo que de Buenos Aires, donde se han visto ya".
Y el Comercio del Plata del martes 9 de enero siguiente, hacía la crónica de dicha carrera en los siguientes términos: "El día de ayer tuvo todos los aires de festivo: casi todas las casas de comercio permanecieron cerradas. La Romería en efecto tuvo lugar trasladándose gran parte de la población al sitio de las carreras. Anticipadamente estaban tomados todos los carruajes y todos los caballos disponibles de manera que ayer por la mañana se apuraron todos los recursos del ingenio para proporcionarse medios de transporte. Los que por ningún precio habían podido obtener carruajes se resolvían a toldar y adornar carros y carretillas que surtían opíparamente de comestibles y licores acomodándose en ellos con la mayor algarabía".
"Ahora transpórtese el lector al lugar de las carreras y calcule entonces el espectáculo que tan numerosa y entusiasta concurrencia, produciría. En el Palco del Circo había un centenar de señoras dispuestas como para una fiesta y el circo rodeado fuera de la línea de las banderolas, por una triple fila de espectadores".
"Los trajes de los corredores, sus modales, su rectitud en el correr sus caballos la noble alegría del vencedor y la conformidad de los perdedores, aparecía en todos los semblantes y causaba un interés profundo al observador imparcial, que a distancia, miraba las distintas impresiones."
Pero a pesar del extraordinario éxito de las llamadas "Carreras Extranjeras" éstas, en sus primeras épocas, no tuvieron continuidad inmediata, realizándose la segunda reunión recién en abril de 1855. Esta vez se disputó en dos días, el lunes 23 y el martes 24. Entre las novedades noticiadas, se contaron el ensanche del Palco y la adquisición de buenos caballos.
La tercera jornada de las "Carreras Inglesas" o "Extranjeras" tuvo lugar el 22 y 23 de octubre de 1955, con el título de "Reunión de Primavera". Decía El Nacional del día 22: "Con motivo de las carreras que deben tener lugar hoy, Montevideo ha quedado desierto. Desde por la mañana muy temprano el pueblo ha estado en completa animación. El tiempo ha favorecido ampliamente esa fiesta, que según Avisos continuará mañana".
Y comentaba al día siguiente: "Han seguido hoy las "carreras inglesas", como estaba anunciado. Según informan debía jugarse en las de hoy, una muy importante, en la que competiría un caballo de buenos aires con uno del país. Con motivo de las "Carreras", el pueblo ha quedado por segunda vez casi desierto; es increíble el gentío que en todas direcciones ha cruzado hoy, en camino hacia la fiesta". Ya desde la iniciación de las "Carreras Inglesas" en nuestro país, participaron en ellas caballos traídos de Buenos Aires. En efecto, dos de ellos, "Otoman" y "El Gamo" vencieron en su primera confrontación, pero luego fueron derrotados por los locales.
Algunos años después, en 1861, el Correo de Ultramar publicaba un grabado y la siguiente nota titulada "Carreras de Caballos en Montevideo - Según escriben con fecha 15 de junio de Montevideo, esta ciudad tiene desde hace siete u ocho años carreras de caballos organizadas como las de Epsom o de Chantilly. Los principios fueron trabajosos pues hubo que combatir muchos usos en un país donde hasta entonces todas las carreras se habían hecho en pelo, en línea recta, sin ninguna señal de partida y sin observar regla alguna en cuanto al peso. Las últimas carreras han sido muy brillantes; asistieron a ellas más de cinco mil personas. Los gauchos, que son los primeros jinetes del mundo, acudieron de veinte leguas en contorno, y apostaron todas cuantas monedas llevaban en el cinto".
Por su parte La República del 15 y 16 de abril de 1861 comentaba: "Carreras Extranjeras - Algunas tiendas de campaña, aunque en poco número, toldos improvisados, grupos en carruajes vacíos para preparar un espacio con sombra, ofrecieron a la multitud llegadas las 3 de la tarde un lugar de refugio contra los ardores del sol, y allí dividida en grupos la concurrencia, se organizaron como por encanto, multitud de comidas campestres, si bien no tenían nada de tales más que el nombre, pues la calidad, abundancia y buen gusto de los manjares y de los vinos las hacían dignas de figurar en los hoteles de primer rango".
"Reinó la mayor animación y el mejor porte y buen tono, terminando la comida con entusiastas hurras, que resonaron por todo el ámbito del aire. Terminada la media hora de descanso en que todo el mundo se entregó a los placeres de la mesa, se hizo sentir el himno nacional tocado por la música que desde el principio había poblado el aire con sus armonías, y tuvo lugar la gran carrera cuyo premio había sido destinado por el Superior Gobierno y fue obtenido por el Sr. Bujareo".
Según La Prensa el domingo 11 de enero de 1863 se corrieron carreras "en el paraje denominado Azotea de Lima, pasando Piedras Blancas. Debido a la conmoción política derivada de la llamada Cruzada de Flores el desenvolvimiento del Turf sufrió un prolongado paréntesis. Recién a fines de 1865, El Siglo anunciaba la gran reunión a realizarse en fecha próxima y aunque no especificaba si sería de Extranjeros o Criollos, comenta días después "haberse efectuado el Domingo nueve carreras".
Testimonio interesante de la importancia adquirida por el nuevo deporte lo constituye el Edicto Policial del 8 de mayo de 1866, promulgado por el Jefe Político y de Policía de Montevideo, Cnel. Manuel M. Aguiar, en donde se establecían las pautas que debían observarse en el juego de las Carreras Nacionales y las Carreras "Estranjeras".
En El Siglo del 16 de octubre de 1866 y con el título "Sociedad Hípica" se informaba: "La Sociedad, constituida según las bases que se detallan, ha contratado la adquisición de un terreno de 140 cuadras y ha conseguido que la Comisión de las Carreras Extranjeras, le traspase el palco y demás útiles con que funcionaba el circo de Azotea de Lima. No solo destaca la Sociedad Hípica la proximidad del terreno a la Capital sino que conceptúa que la sola adquisición del predio, atendido el alto valor que toman día a día esas tierras, ofrece una perspectiva halagüeña a los que quieran suscribirse y formar parte de esta Asociación".
"La Tribuna", del 24 de marzo de 1867, informaba que ese día se había inaugurado el Nuevo Circo para "Carreras Nacionales" construido por la Sociedad Hípica en las proximidades de Maroñas. Las carreras "inglesas" y "nacionales" siguieron realizándose hasta que en 1874 se disolvió la Sociedad Hípica Montevideo y creado el llamado Pueblo Ituzaingó, se fundó un nuevo circo, casi al lado, con igual denominación pero corrientemente conocido por Circo de Maroñas".
El nuevo Circo Ituzaingó era mucho más amplio que el de la Sociedad Hípica. Algo más alejado de La Unión, ocupaba un gran predio de unas veinte cuadras de largo por ocho de ancho. Importante en el desenvolvimiento del Nuevo Hipódromo, a partir de 1875, fue la gestión de un grupo de caballeros de ascendencia inglesa, que con la dirección de Tomás Tomkinson, arrendaron dicho Circo con el objeto de celebrar allí reuniones que tenían lugar cada dos o tres meses, con pruebas llanas y de obstáculos.
En mayo de 1877, se efectuaron carreras para caballos criollos, de paseo, carreras con siete saltos -obstáculos de 1 metro- y corridas para aficionados. El presidente honorario de la Comisión Organizadora, era el gobernador provisorio, Cnel. Lorenzo Latorre. El 14 de agosto de 1877, se promulgó por parte del Cnel. Latorre y su ministro del Interior, José Ma. Montero, el primer Reglamento de Carreras sancionado por el Gobierno y cuyas disposiciones sirvieron para encauzar en sus verdaderas sendas técnicas y legales las carreras de caballos y que perdurarían en lo esencial en las reglamentaciones hoy vigentes. Las carreras de caballos, a partir de 1880, pasaron a ocupar un lugar destacado entre las principales diversiones de Montevideo y el tema hípico ganó todos los ambientes
El 14 de marzo de 1881 fue inaugurado el Hipódromo del Este en Punta Carretas, con los auspicios de una Comisión Honoraria presidida por el Dr. José Pedro Ramírez, funcionando hasta la fundación del Jockey Club en 1889, ya que la mayor parte de sus patrocinadores se incorporaron al mismo. El Hipódromo del Este estaba situado frente al predio que hoy ocupa el Shopping Center de Punta Carretas (ex Cárcel Penitenciaria).
En 1887 el Dr. José Pedro Ramírez asumió la presidencia de la Comisión Organizadora de las Carreras Nacionales. Con su participación activa, las carreras volvieron a conquistar importancia en Maroñas. Los programas de las reuniones ya contaban, en una demostración evidente de progreso, con algunas pruebas disputadas por animales puros, siendo cada vez menor el número de mestizos y criollos que intervenían en las mismas, y cada vez mayores los premios repartidos. Por otra parte, el 22 de abril de 1888, el primitivo palco fue sustituido por una tribuna más amplia, construida por Angel Battaglia, que dotó de nueva fisonomía al Hipódromo y que por largo tiempo llevó el nombre de su realizador.

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